Porque el mundo es bonito, hasta vomitar.

27 febrero 2008

Melancolía kitch con encanto

Esta mañana, en uno de esos links que te llegan para que puedas dar rienda suelta a tus ganas de perder tiempo en la oficina, e encontrado un listado de “cosas de los 80’s”. Desde la inocente rebanada de pan bimbo con nocilla a conceptos mas ambiguos como el “blandiblup”.


He aqui una aprentemente inocente
rebanada de pan con nocilla

En el link uno podía leer la desesperación en algunos de los comentarios reclamando la inserción de algún icono caído de tan importante (y lo digo en serio) lista. Si buceáis un poco podréis ver a un tal denke, berrear a grito pelado pidiendo que, por Dios, se añada a la lista la serie “V”… Si, todos tenemos un pasado.
Leyendo he recordado muchas cosas, y no todas de la infancia. Como en el año 98 en Malasaña, cuando a eso de las 3AM y en un ambiente algo etilizado, el DJ tuvo a bien poner la canción de Jackie y Nucka. Fue el acabose, cientos de miles de adolescentes (en mi recuerdo éramos cientos de miles dentro de aquel bareto de mala muerte) nos pusimos a berrear y botar por todo el local (toooodo el local) la susodicha canción, que salió de algún recóndito lugar de nuestras memorias en el preciso momento en que sonaron los primeros acordes. Así es la memoria, inescrutable para algunas cosas y ridícula para otras.

Y es que en cuanto aparece un cromo de David el nomo o unas hombreras en la tele, es muy fácil darse cuenta de quién se crió en los 80’s. Aquel que desencaje la cara y se ponga a alucinar (los de los ochenta alucinamos, nada de flipar) y a hacer de abuelo cebolleta con veintilargos o treinta y pocos es un ochentero.


Yo soy el arquero, y estoy dispuesto a volver a
ostiarme con quien quiera quitarme el puesto


Somos una generación melancólica y marcada por una serie de traumas que a día de hoy no se permitirían. Por que a ver quien es el guapo que se pone a imita
r ahora a Oliver y Benji (o a los hermanos coyote) con un bocata de nocilla en la mano, o se traga por al tele un dramón como el de Marco. Las modas de ahora serán lo que queráis, pero a ver quien es el chulo que se crepa el pelo, o se lo ondula cual patata frita (eh? eh? Julia Otero?). Pues yo crecí viendo a adultos hechos y derechos con esas pintas.
Nunca una generación habrá sido tan alta habiendo consumido tales cantidades de Tang y panteras rosas.

¿No es sospechoso eso de: "tropical"?
¿Tropical que?


Perdí horas equivalentes a dias de mi vida buscando unas pilas para el walkman, o rebobinando cassettes con un lápiz (o con los dedos cuando no había uno a mano). Aprendí a identificar la bandera de los USA como “la de los buenos” gracias a los GiJoe, y es que crecí pensando que todos los malos o eran rusos, o de otro planeta. Con decir que los talibanes eran amigos de Rambo…



Respetad a la cinta virgen
la SGAE no pudo con ella


Aún recuerdo como descubrí los vid
eoclips con Sabrina, para luego redescubrirlos con el “Smells like teen spirit” de Nirvana en los descreídos 90’s.

Este tipo de cosas forjan la personalidad de las personas, hasta el punto que no se si mi pasión por las motos viene por “El halcon callejero” o simplemente por que se que no encontraré un coche como Kitt.
Incluso creo que acabe decantándome por las ciencias naturales por culpa de la tele; “Banner y Flappy”, “Jackie y Nucka”, “La vida es así”… Demasiados inputs como para no acabar atado a la biología y odiando a los cazadores…
Claro que es una suerte que me diese por ahí, y no por bailar con volantes en los brazos y un tanga a lo mamachicho, o pasar mi vida en un camión a la espera de que se transformase en un robot (cosa que pasó por mi mente).
A lo más que llegaré, será a ponerme unas gafas de pasta si algún día las necesito, y a chochear con posts como este de vez en cuando.

Como reza el título, melancolía kitch con encanto...

21 febrero 2008

Indecisiones

Queridos amigos, ¡soy la reina del baile!
Se que tal afirmación, pronunciada con mi habitual alegría, podría llevaros a pensar que me gusta travestirme, pero no.
(Si he desilusionado a alguien… ¡mas me desilusionas tú!)

No se trata de travestirse, o al menos no del modo habitual. Lo que quiero decir, es que soy un indeciso.

Normalmente a los indecisos la socied
ad nos trata mal, desde la dependienta del Zara que resopla por que no eres capaz de decidir entre la camisa blanca o la camiseta rosa, hasta el cajero del banco que te mira con cara de pena al ver que no puedes elegir entre un diseño u otro de tarjeta, mientras piensa; “que más da, si te vamos a clavar 12 euros al año igual.”

Pero la vida da muchas vueltas, y ésta vez, nos toca a nosotros estar encima (dicho esto tanto en la acepción marrana como en la que no lo es). Los indecisos cortaremos la pana durante dos semana
s. Empieza la campaña electoral ¡ouuuyea..!

¿No sabes a quien votar? ¿No eres capaz de discernir cual es la mejor (o menos mala) opción para el país? Si es así, ere
s el colectivo del momento. Para ti son los cantos de sirena de los 400 eurazos, los 500.000.000 millones de árboles (¡todos!), los tropecientos mil policias, las ayudas a la emancipación, a pesar de que emanciparse sea una opción y no una obligación.

Estos son los que plantará Rajoy en tu barrio

Que se joda la gente que necesita muletas o sillas de ruedas, ¡que se lo paguen carajo! Tú NECESITAS emanciparte y nuestros políticos te darán una propinilla.
¿Quieres vales para la ITV? ¿Billetes para probar el AVE? Todo se andará…


Me siento como de pequeño en el jardín de la infancia, todos me ofrecen algo, y además da la impresión de que será divertido.




¿Que más da que unos nos traten como delincuentes con lo del canon?
(por cierto, si ya purgo mis males pagando el canon, ya no es delito fusilarme cosas, ¿no?).
¿Que
mas da que los otros no acepten que perdieron y jueguen a enfrentar a la población?

Everything is possible, Spain is different!


En medio de ésta vorágine, yo ando medio perdido. Es la primera vez, que tengo claro que no me gusta ninguno. Tal vez la solución esté como siempre en el fútbol, y todo sea cosa de buscar en el extranjero.
No se, pero cada día que pasa, la de Cicciolina me parece una oferta mas seria...


Un política seria

12 febrero 2008

Manual de protesta

Esta mañana, al bajar a desayunar (no solo los funcionarios tienen gusanillo a media mañana), había un grupo de personas protestando delante de la diputación. Eran unas 40, de aspecto poco cuidado, y organización escasa. Los he atravesado mientras hablaba tranquilamente por teléfono. En realidad, casi ni me habría percatado de su presencia, de no ser por que uno de ellos, blandía un megáfono y ha tenido a bien dejarme sordo con una proclama inconexa que no he llegado a entender: “¡Nunca mas!”.

Lo he mirado con cara de incomprensión, seguida de un movimiento de cabeza que indicaba claramente mi desaprobación y la de mis tímpanos.

Al cabo de un rato, mientras atacaba a un indefenso croissant, he caído en que a pesar del ataque a mis tímpanos, no me he enterado de la razón de la protesta. Y es que hoy en día, hasta para protestar, se debe seguir un protocolo. Ya no basta con salir con un megáfono y berrear rimas simpaticonas.

La primera regla y la más importante. Si no lo cuelgas en youtube, no existe. Ya puedes quemarte a lo Bonzo frente a un Lidl, que si nadie te graba y lo cuelga, tendrá mas repercusión el strip tease fallido de alguna quinceañera petarda de Iowa que tu airada protesta.

Este chico ya puede rezar por que lo esten grabando

Segunda regla de oro que debes cumplir. Regala algo, lo-que-sea. Da lo mismo si son bayetas usadas, pósteres de Vanilla ice o billetes del AVE Segovia-Valladolid. En éste país pocas cosas se aprecian más que algo gratis.


Si regalasen esto en los mítines del PP, no dudaría en ir

Tercera regla
. Enseña chicha. A los amigos del PETA, nadie les haría puñetero caso si no fuese por que de vez en cuando asoma una teta en sus actos. Así que ya lo sabes, el que no enseña no llora, y el que no llora, no mama…


Ale...ya estamos listos para ir a la mani

A partir de aquí ya tienes que adaptarte a las necesidades específicas de tu queja. Si estas en contra de que metan gatitos dentro de botellas (o que metan botellas dentro de gatitos), puedes crear un power point viral, a poder ser con un estilo recargado y musiquita de piano horrible, y enviarlo a todos tus conocidos (sin copia oculta por supuesto) y pedir a su vez que ellos los reenvíen a todo quisqui que tenga la desgracia de estar en su lista de contactos. Recuerda que la utilidad de estos pps está más que demostrada…


¡Yo ya tengo el mío!

Pero si eres una persona seria, con un par de libros a tus espaldas, y estas decidido a cambiarlo todo con el martillo de tu verbigracia y el yunque de Internet, la cosa está clara, hazte un blog y pon las cosas en su sitio de una vez por todas…

01 febrero 2008

Atrapado en el tiempo

Tres días a la semana, me toca pasar por la oficina en Barcelona.
Como vivo fuera de la gran urbe, y el ayuntamiento de Barcelona en otra de esas decisiones que toma para salvar nuestras almas de nuestra propia idiotez, ha convertido la ciudad en un parking de pago insostenible, me es imposible con mi sueldo y poca paciencia, bajar a la city en coche. Así que de un modo cívico y silencioso, llevo mi súper coche de empresa hasta el parking de la Universitat Autónoma de Barcelona, lo abandono ahí a su suerte, y hago uso de los maravillosos ferrocarriles de la Generalitat de Catalunya para entrar en Barcelona.

Pero éste no es un post de queja / denuncia / vaciado de bilis, no. Éste es un post de confesión (uno más).

Soy una persona en la que se mezclan con curiosos resultados el ser inquieto a la vez que macabro, y dicha mezcla, me lleva a perpetrar actos como el que hoy confieso.

Desde hace una temporada, cual afanosa hormiguita, recopilo diarios gratuitos de toda calaña. Día a día, voy llevando a casa ejemplares y los ordeno pacientemente por fecha. Actualmente, mi hemeroteca me permite viajar dos meses hacia el pasado.

Los días en que me toca ir a la oficina y no puedo alebrestarme en el campo, suelo aburrirme como una ostra en el trayecto del tren, así que he ideado un entretenimiento.

Cada día, al salir de casa, introduzco en mi maletín uno o varios ejemplares (según mi grado de aburrimiento o maldad del día), los cuales finjo leer al ocupar mi asiento en los ferrocarriles. Al cabo de cinco minutos, de manera distraída, dejo el ejemplar de periódico retrasado, al alcance de cualquier persona que quiera matar unos minutos poniéndose al día.

A las 8:30 de la mañana, la mayoría de víctimas son incapaces de distinguir una tortuga de su reloj de pulsera, y su mente se resiste a aceptar que las noticias que está leyendo son agua pasada. Los que son aficionados al fútbol suelen descubrir el engaño al llegar a la sección de deportes, pero la gran mayoría leen las noticias de política internacional sin distinguir pasado de presente.


Me encanta ver sus caras de duda o sorpresa al pensar que una noticia pueda estarse repitiendo. Cual Bill Murray en atrapado en el tiempo (mas conocida como “El día de la marmota), casi todos suelen dudar. Sus ceños fruncidos, los morritos al frente y finalmente una hojeada a la portada en busca de la fecha. Para cuando se dan cuenta, yo ya he tenido mi satisfactoria dosis de burla y puedo volver a perderme en el anonimato de mi ipod.