Porque el mundo es bonito, hasta vomitar.

06 febrero 2009

Granjero busca esposa

Algunas veces, cuando menos te lo esperas, la vida te sonríe.

Hace ya un tiempo que, en pos de mejorar mi autoestima, dedico un rato los viernes a hacer terapia de autoayuda. El método que sigo, viene a ser una mezcla entre las esencias de Jorge Bucay y Chuck Norris. Es decir, autocomplacencia y brutalidad gratuita.
El método es sencillo, consiste en realizar el visionado non stop (eso es importante) de Ajuste de cuentas y Callejeros, en Cuatro.

Cuando ves ajuste de cuentas, piensas. Coño, no estoy tan mal. Soy un tipo equilibrado, no hago estupideces, y sigo un razonamiento más o menos normal en mi vida. En definitiva, no soy un suicida.
Cuando acaba ajuste de cuentas, ya sientes cierto bienestar, y es entonces cuando una sesión de Callejeros reafirma tu autoestima. Ver a un puñado de personas que aleatoriamente se dedican a vender chatarra, droga, artículos robados, pedir pisos gratis, o todo lo anterior a la vez, hace que te sientas hasta demasiado normal. En alguna ocasión, tras una sobredosis de yonkis y gitanos pidiendo pisos, he llegado a pensar que mi vida es demasiado zen, y que quizás debería hacer alguna cosa rara, para no ser tan normal. No se, agenciarme un alijo, comprar a un par de rumanas para prostituirlas, o algo por el estilo. Pero lo habitual, es levantarme del sofá con una sensación de bienestar, de trabajo bien hecho, de vida plena, en definitiva, una gozada.


Estos chicos son mi equipo de autoayuda

Pero mi querida televisión, conocedora de que el cuerpo humano se habitúa a todo, y que cada vez se necesitan dosis mayores de droga, ha ampliado la oferta de “programas de autoayuda” con Granjero busca esposa.

Este programa, a mi modo de ver, es lo mejor que ha pasado por la televisión en muchos años. De entrada parece un programa sencillo, una serie de granjeros solteros se muestran sanotes y campechanos en la tele, y una serie señoras de gusto obtuso compiten por llegar a su rural corazón. Pero el programa no es tan simple, la cosa va más allá.
La realidad es que esos 6 granjeros, son en su gran mayoría, un manojo de machistas simplones y salidos, a los que la naturaleza había destinado a la soltería, con el claro fin de evitar su reproducción. Y ahora la televisión, les brinda una oportunidad que la vida les había negado en casi todos los campos, poder elegir.


¿En que sociedad podría este tipo elegir alguna cosa?

Me pregunto como es que ninguna asociación como mi pareciado, instituto de la mujer, o la súper ministra Aído han cortado la emisión. Es como si Cuatro hubiese encargado la realización de un gran hermano a las redes de prostitución del Este ¡Es genial!.
A la espera de que alguna fémina fundamentalista eche el grito al cielo (no olvidemos que esas chicas/señoras/esperpentos están ahí voluntariamente), yo me deleitaré, viendo como las chicas/señoras/esperpentos que participan en el programa, se van dando cuenta de que la imagen que tienen de la “vida en el campo” es menos bucólica de lo que pensaban. Y que si alguna se imaginaba como terrateniente de Falcon Crest, puede irse olvidando del glamour, y acostumbrándose a levantarse a las 7, pasar frío y oler a mierda.